La calidad de nuestras vidas depende sustancialmente de la calidad de nuestras relaciones. En el ámbito laboral, practica estas cuatro habilidades de inteligencia emocional para crear un mejor ambiente de trabajo, impulsando tu desarrollo profesional.
- Autoconciencia: reconoce tus emociones e identifica los factores desencadenantes. Ejemplo: “siento preocupación porque no he recibido respuesta de un(a) colaborador(a)”.
- Autorregulación: maneja tus emociones para evitar que tengan un efecto negativo en tus relaciones interpersonales y en tu desempeño laboral. Utiliza sencillas herramientas de meditación como el siguiente ejercicio: “siento mi respiración, concentrándome en percibir el entrar y el salir del aire en mi cuerpo(tres veces). Relajo y suelto las tensiones musculares”.
- Acción: incide en la realidad externa. Con el ejemplo anterior, una opción puede ser: establecer contacto con tu colaborador(a) lo antes posible: Luego del saludo y una breve pausa, comunica el motivo de tu llamado siendo directo.
- Empatía: reconoce y comprende las emociones de los demás: escucha y observa con atención a tus compañeros(as) y colaboradores(as). Esta habilidad mejora la comunicación promoviendo la comprensión y el respeto mutuo.
Crea un ambiente de bienestar en tu lugar de trabajo practicando estas cuatro habilidades emocionales e impulsa la actitud colaborativa y el éxito en tu organización.