La ansiedad en los ambientes laborales está en aumento, agravada durante los años de la pandemia, las empresas enfrentan un dilema que no parece sencillo de resolver.
Se estima que debido a problemas de salud mental, donde destaca la ansiedad, cada año se pierden 12 mil millones de días de trabajo, de acuerdo a información de la OMS. Es claro que es un tema que repercute de la misma forma en la salud de los colaboradores como en la productividad de la empresa.
Pero, ¿Qué tal si damos un paso atrás para ver el asunto desde otra perspectiva? ¿Y si pudiéramos entender este trastorno como una emoción natural, como una estrategia que evolucionó con los humanos para protegernos de los peligros?
Esta es una visión que la neurocientífica, Dra. Wendy Suzuki, comparte en su reciente libro "Good Anxiety" (Ansiedad Buena). Según esta visión, nuestro cuerpo reacciona a las amenazas modernas, como pueden ser los desafíos laborales, de la misma forma en que nuestros antepasados lo hacían a los peligros de su medio, como el ataque de un león o un tigre: Una respuesta natural de supervivencia.
Sin embargo, una persona que sufre de ansiedad está lejos de entender lo que siente como un instinto protector. Internamente, se siente amenazada, vive en un constante estado de intranquilidad y nerviosismo, y es fácilmente presa de una preocupación excesiva e irracional.
Aceptar los estados de ansiedad como algo natural es una técnica empleada comúnmente por expertos para enseñar a las personas a lidiar con estas emociones de forma sana. Y es de esta forma que proponemos a las empresas a abordar el tema: como una situación normal, algo de lo que se puede hablar en el día a día y aprender a manejar.
Aquí proponemos algunos tips para que las empresas puedan tomar acción:
1. Un poco de empatía puede lograr mucho.
Proporcionar a los empleados que sufren de ansiedad de un ambiente en el que se les comprende, apoya y no estigmatiza, es crucial.
La empatía, en este caso, también nos ayudará a comprender que este es un problema más común de lo que creemos, una situación que cualquiera puede llegar a vivir en algún momento de su vida.
2. Comunicación constante
Los colaboradores están más abiertos a hablar de su estado emocional con sus jefes de lo que a veces se cree.
Mantener una comunicación activa y constante con los colaboradores, hará que hablar de estos temas sea más sencillo. Y, a su vez, puede evitar que los problemas se hagan más grandes, pues la ansiedad se vive, en gran medida, solitariamente en el interior de las personas.
Abrir el espacio a la comunicación servirá de válvula de escape y nos ayudará a entender mejor los factores que desencadenan ansiedad en nuestro ambiente laboral, así como a encontrar formas de mitigarlos.
3. Proporciona los recursos adecuados
El simple hecho de estar informados es un gran paso, y puede dar mucha seguridad a quien padece ansiedad, al entender mejor los mecanismos que están actuando en su organismo.
No todos los síntomas requieren un tratamiento clínico, además de existir distintos tipos de ansiedad, por eso es vital que las personas encuentren la ayuda apropiada a su caso.
Pláticas, talleres e información experta pueden ser valiosas herramientas, así como recursos especializados, como la consulta psicológica, que pueda encauzar los casos que lo requieran con apoyo psiquiátrico.
Al intentar comprender mejor los detonantes de la ansiedad como parte de la naturaleza humana no se busca minimizar el problema. Los expertos afirman que cuando se aprende a manejar, es posible convertirla en energía positiva, una respuesta proporcional a los retos y que podemos usar para superar obstáculos, los propios y los de nuestra organización.
