Cuando hablamos de sedentarismo laboral, a veces imaginamos a individuos que, por trabajar demasiado, descuidan aspectos importantes de su salud, como el hacer ejercicio, y no tomamos en cuenta el daño que la propia actividad puede causar. ¡Nadie considera que laborar frente a una computadora pueda considerarse una actividad peligrosa en sí misma!
Pero permanecer sentados a lo largo del día pone seriamente en riesgo la salud de los colaboradores de una empresa. Convirtiéndose en uno de los retos de salud laboral más grandes al que nos enfrentamos hoy.
Al sentarse diariamente por periodos prolongados, el metabolismo de los individuos se vuelve más lento, propiciando sobrepeso y obesidad; el estrés aumenta; disminuye la fuerza muscular y ósea; sube la presión arterial; y corremos mayor riesgo de sufrir depresión y ansiedad. Además, incrementamos el riesgo de desarrollar enfermedades como diabetes, cáncer y padecimientos cardiacos.
Sumado a esto, cuando trabajamos de forma continua por un tiempo mayor a noventa minutos se debilita la concentración y el foco en las tareas, creando una contradicción de la que es difícil de escapar: entre más trabajamos, menos rendimos.
Por estas razones es vital que las empresas busquen soluciones al sedentarismo en sus colaboradores. El ejercicio es, sin duda, una herramienta indispensable para la salud humana, pero hoy sabemos que no es suficiente. El cuerpo humano requiere movimiento constante para su funcionamiento óptimo.
Pausas activas: un cambio diminuto para un problema gigante
Muchas veces creemos que para lograr grandes cosas debemos hacer grandes cambios, pero en la lógica de la creación de hábitos, lo opuesto es verdad, un cambio diminuto, tiene la capacidad de ser más fácilmente adoptado por todos y permanecer a lo largo del tiempo.
Y la buena noticia es que con un pequeño ajuste en la rutina laboral podemos lograr mucho.
A grandes rasgos la idea es incluir breves pausas de ejercicio y relajación en medio de la rutina diaria. En La Class les llamamos Pausas Activas y están revolucionando la forma de acercarnos al trabajo de oficina.
Este tipo de pausas hace posible la práctica del bienestar con sólo invertir unos minutos durante el día para mejorar la salud general, promover la pérdida de peso, favorecer la salud mental, establecer hábitos de sueño y prevenir todo tipo de enfermedades.
Y con la misma importancia, los efectos positivos de este hábito no se limitan a reducir problemas de salud crónica, los beneficios cognitivos y de manejo de estrés son inmediatos. Evitamos la acumulación de la tensión y la fatiga, lo que nos ayuda a re-enfocarnos, estar más alertas, ser más creativos y productivos. Una serie de beneficios que caen en cascada al implementar esta simple solución.
Así, el empleado más productivo ya no es aquel que pasa sentado más tiempo en su lugar sin parar, cuando lo que en realidad buscamos son colaboradores activos, involucrados y dando lo mejor de sí.
Tanto empleador como empleado desean lo mejor para su organización, pero el estrés y el sedentarismo hacen que lograr nuestros objetivos sea más difícil. Un poco de movimiento durante el día, contribuye a reducir el ausentismo, disminuir los gastos médicos y aumentar la productividad general.
Ponte en acción hoy mismo:
● Crea un ambiente en el que las pausas breves sean aceptadas e incluso promovidas.
● La consistencia es clave, sugiere el uso de recordatorios o alarmas para pausar y moverse cada 45 o 60 minutos.
● Las Pausas Activas son un excelente sustituto de malos hábitos como consumir snacks o bebidas poco saludables. Caminar un poco y estirar, en vez de ir a visitar la máquina de golosinas.
● Si tus colaboradores trabajan parcial o totalmente en casa, promueve las pausas breves por medio de videos y otras comunicaciones. El hogar no es necesariamente un lugar menos sedentario.
● Recuerda que las pausas no se limitan a la actividad física, también pueden ser espacios para regresar al equilibrio a través de prácticas de yoga, relajación o meditación.
● Motiva a tus colaboradores a tomar una caminata antes, durante o al final del día de trabajo, así como usar las escaleras siempre que les sea posible.
● Implementa un programa de Pausas Activas en línea o presencial en tu organización para empezar a crear, entre tus colaboradores, el hábito de parar por su salud y bienestar, además de motivarlos y promover la integración entre los equipos de trabajo.
Impulsa este cambio “diminuto” y logra que cada pausa sea un gran paso más hacia la salud y la productividad de tu organización.